EE UU recurre a una gran conspiración para minar la privacidad en Internet
Los estándares de seguridad en Internet han quedado en evidencia
después de que se publicara que la Agencia Nacional de Inteligencia
(NSA) de EE UU los corrompió para hacerlos vulnerables a su tecnología
con el fin de facilitar el espionaje. La información ha sido revelada por el diario The New York Times y extraída de los más de 50.000 documentos filtrados por Edward Snowden, el extécnico de la CIA que trabajó para la NSA y que actualmente está asilado en Rusia.
Según esos datos, la agencia habría usado todos los métodos a su
alcance, desde la persuasión a la colaboración forzada de empresas hasta
el robo de claves de encriptación y alteración de software y hardware
para tener acceso a las comunicaciones privadas en la web dentro y fuera
de EE UU. Codificaciones de protección comunes en correos electrónicos y
compras en internet como la capa de conexión segura SSL, o la red
segura VPN, serían objetivo de NSA, lo mismo que las comunicaciones a
través de los servicios de Microsoft, Facebook, Yahoo y Google.
Los
socios británicos de la NSA habrían desarrollado "nuevas oportunidades
de acceso" en Google. La teoría de que la NSA manipuló, para su
beneficio, una norma relacionada con encriptación adoptada la
Organización Internacional de Normalización o ISO ya circulaba entre los
especialistas en criptografía desde hacía tiempo, algo que parece
confirmar The New York Times. ISO establece los parámetros comunes para
los intercambios entre 163 países, entre ellos EE.UU., España y casi
toda América Latina.
En su edición digital, el periódico neoyorquino indicó que NSA
invierte más de 250 millones de dólares al año en un programa llamado
Sigint Enabling Project destinado a influir en los diseños de los
productos comerciales para hacerlos "explotables". Este sistema estaría
presente ya en los microchips que codifican la información de compañías y
gobiernos, bien sea gracias a la colaboración con los fabricantes de
procesadores o por su piratería por parte de agentes de la NSA.
Entre las víctimas previstas de cara a 2013 estaría un gran operador
de llamadas telefónicas y mensajes por internet, un proveedor de
internet de Oriente Medio y tres gobiernos extranjeros, de los que no se
da el nombre. Las artimañas de NSA llegarían al extremo de hacer que
una empresa estadounidense de ordenadores instalara en sus aparatos una
vía de acceso oculta para que los espías de EE.UU. pudieran entrar
cómodamente sin ser detectados en las nuevas computadoras que iba a
vender a un gobierno de otro país.
Otro método que habría usado NSA para incluir puntos débiles en los
productos que velan por la seguridad en internet sería a través de
iniciativas como Commercial Solutions Center que con la excusa de
mejorar la ciberseguridad de EE.UU. invita a los desarrolladores de
tecnología de encriptación a que les presenten su software.
En el fondo, se trataría de una cortina de humo para que los
"hackers" de NSA pudieran moldear los sistemas a su gusto. La capacidad
de NSA para piratear en internet y espiar a los usuarios sería
compartida con la inteligencia británica, canadiense, australiana y
neozelandesa a través de un programa secreto llamado Bullrun.
La NSA fue fundada en 1952 con la tarea fundamental de descifrar
códigos con el fin de obtener información clave para la seguridad de
EE.UU. Durante la presidencia de Bill Clinton y ante el despegue de
internet, el gobierno de EE.UU. buscó la aprobación de una medida
conocida como Clipper Chip que garantizaba que NSA siempre tuviera una
vía legal para descifrar las comunicaciones en la web. Clipper Chip no
prosperó por atentar contra el derecho a la intimidad y propiedad
privada recogido en la Constitución de EE.UU. y la Casa Blanca desistió
en su empeño en 1996, pero los documentos de Snowden indicarían que la
NSA siguió adelante de forma encubierta.
Responsables del servicio de inteligencia de EE.UU. pidieron a The
New York Times y a ProPublica, agencia de noticias sin ánimo de lucro
con acceso a estos datos, que no publicaran esta información porque
podría hacer que "objetivos extranjeros" cambiaran sus formas de
codificar mensajes.